Seguridad en el mar
En aguas calmas, timonear un velero es mas sencillo que conducir un vehículo. Incluso puedes poner el piloto automático y dejar que te «lleve» sin mover un dedo.
Según nuestro punto de vista ser un buen ‘conductor’ dista mucho de poder acelerar en una recta. Eso lo puede hacer hasta un niño. De la misma forma, ser un buen navegante dista por lejos de ser capaz de llevar el timón.
A diferencia de nuestras carreteras, cuando algo ocurre en el Mar, estás en primera instancia «SOLO». Entonces es imperante no tan solo comprender los riesgos involucrados en la navegación, sino también ser capaz de realizar reparaciones de fortuna y conocer tanto tu embarcación como lo que tienes a bordo.
Existen riesgos naturales; Mala visibilidad, Mar de Fondo o Temporales se nos vienen a la cabeza de forma inmediata.
También existen riesgos asociados a algunas maniobras, como por ejemplo el garreo del ancla, que terminará varando el velero. El Gybe Chino o Broach, con el peligro del hombre al agua y golpes por la botavara. El tomar olas rompientes por la amura, que terminará volcando el velero y tantos otros.
Por último mencionaremos riesgos asociados a la preparación del Capitán y su tripulación. Como dicen: «La ignorancia es muy arrogante». Ninguna licencia náutica te prepara per-se para situaciones de peligro real y tampoco es necesariamente sinónimo de «saber». Es necesario, como en toda aventura humana, profundizar mediante teoría y mucha práctica. Sobre todo en nuestro Océano Pacífico y costas rocosas que no perdonan fácilmente errores que podrían haber sido evitados.